Para conocer, tenemos
todos claro que primero tenemos que investigar, y para ello, hemos dado un
breve y rápido paseo por la literatura desde nuestros orígenes, hasta la época
actual.
Para poder entender
cada etapa que ha influido en la literatura a lo largo de la historia, hemos
realizado un péndulo, vamos continuamente de un extremo al otro contrario en
cuanto a lo que la literatura se refiere, según el movimiento en el que nos
encontremos; ya que cada período es totalmente distinto al anterior.
Podemos ver esto a
través de un pequeño esquema:
Según la influencia que
ha recibido cada movimiento, tanto platónico como aristotélico, estará en un
lado u otro del péndulo.
Comenzamos este paseo
desde la Edad Media…
Retrocedemos mucho
tiempo en la historia, y llegamos al Siglo IX, cuando nace la Edad Media
propiamente conocida, aunque la influencia de este período histórico no va a
llegar a España hasta los siglos X y XI.
Y comienza así la literatura española con las primeras poesías en lengua romance castellano.
Y comienza así la literatura española con las primeras poesías en lengua romance castellano.
Esta época se ve influida por dos pilares fundamentales, el primero de ellos el pensamiento teocéntrico, donde todo gira en torno alrededor de Dios; Dios es el centro de todo; y el segundo pilar fundamental es el carácter feudal y la jerarquía de la sociedad que se da. Esta cultura se ve afectada por el surgimiento de las lenguas romances, el surgimiento de las universidades y por el papel fundamental que desarrollaban los monasterios.
En cuanto a la literatura la obra más antigua que se conoce en romance español y que aún conservamos es el Poema o Cantar de Mio Cid, del S.XII (hacia 1140); además conocemos más obras, pero de autor desconocido, no es hasta finales del S.XIV cuando se comienzan a firmar algunos escritos, se piensa que esto es así por el pensamiento teocéntrico que se tenía, la idea de que todo lo que puede hacer el hombre es por y para gracia de Dios. Entendiendo así que las habilidades de las personas, eran dones que Dios les había regalado.
Aunque se sabe que en la Península hubo manifestaciones anteriores de poesías primitivas, ha quedado poca documentación escrita, y generalmente algunas poesías amorosas cantadas por trovadores, en lengua galaico –portuguesa o en romance castellano, algún villancico y cancioncillas mozárabes, y jarchas; o los cantares de gesta, recogidos por el mester de juglaría o las enseñanzas transmitidas por el mester de clerecía; las obras en su mayoría eran trasmitidas oralmente por juglares y trovadores, eran expresadas en verso, ya que era mucho más sencillo para la gente recordarlas.
En cuanto a la temática, hay mucha variedad, ya que se narran las propias historias que acontecen en el pueblo, como pueden ser cantos al triunfador, canciones de bodas, fiestas y juegos, canciones infantiles… pero las más numerosas son las que hablan de amor, lamentaciones de la amada por la separación de su amado, o temas religiosos donde Dios es el centro de todo; en cada obra se ve el reflejo de la sociedad feudal de la época.
Algunas de las obras y autores más importantes como el Cantar del Mio Cid, la obra Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo Berceo, el Libro del Buen Amor de Juan Ruíz, la Celestina escrita por Fernando de Rojas, o las Coplas el maestro don Rodrigo, (compuestas por Jorge Manrique, dedicadas a su padre al morir).
Si seguimos avanzando un poco más
a lo largo de la historia, llegamos al Renacimiento, que comienza en
España en el S.XVI, donde se vuelve al clasicismo grecolatino y a una
mentalidad antropocéntrica de la sociedad, donde el ser humano, es lo más
importante y el centro de todo; el centro del arte para evitar de nuevo el
teocentrismo, y se vuelve a los dioses de la antigüedad clásica. Entendemos así
por humanismo, el movimiento intelectual, filosófico y cultural donde se toma al
ser humano como elemento fundamental de la creación y pretende su formación íntegra
en todos los aspectos de la vida.
Se rompe así con la concepción anterior que se tenía en la Edad Media, donde Dios era el centro de todo. Y la sociedad feudal da paso al surgimiento de la burguesía, (una clase media, culta y formada generalmente por militares.
En este período se pretende marcar unas reglas y unos cánones establecidos para cualquier aspecto de la vida, rompiendo con la concepción platónica medieval establecida por el movimiento anterior hasta ahora, y adoptando una concepción más aristotélica basada en la lógica y en la creación de normas.
En cuanto a los temas, varían, ya que ha cambiado totalmente la mentalidad de un momento histórico a otro, ahora el hombre es el centro del mundo, y los poetas cantan al amor humano, la naturaleza, los hechos guerreros, y también tratan temas filosóficos y políticos.
Los temas principales que se tratan en este momento de la historia fundamentalmente son el amor, la naturaleza,(que comienza a buscarse en ella la perfección, evocando paisajes idealizados y más tranquilos), la mitología y la historia, aunque también es importante destacar la idealización de algunos textos medievales de tema épico o el sentimiento religioso que se ha despertado en la segunda mitad del S.XVI.
Los escritores del renacimiento adoptaron modelos de la antigüedad clásica. Entre los autores renacentistas españoles importantes podríamos hablar de Cervantes, Garcilaso de la Vega, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz o Lope de Rueda.
Aún así la obra más significativa
de este momento histórico, es de autor anónimo, La vida de Lazarillo de Tormes
y de sus fortunas y adversidades, dando inicio así a la novela picaresca.
Poco a poco a medida que
avanzamos, cambiamos de un lado a otro del péndulo, y volvemos al teocentrismo
con el Barroco, que no es otro, que el siglo más importante de la
literatura española, y se da en s. XVII. Durante este siglo se da un fenómeno
cultural que invade el campo de las artes; aunque ya a finales del s. XVI
comienza a observarse un cambio en el Renacimiento.
Es una época marcada por los contrastes basados en la libertad del individuo y por una el pensamiento teocéntrico, basado en una religiosidad (que en ocasiones es falsa), que provoca un gran temor a la muerte y un claro pesimismo antes la vida.
Estéticamente el Barroco se caracterizó, por la complicación de las formas y el predominio del ingenio y el arte sobre la armonía de la naturaleza. Los escritores barrocos recargan el estilo para conseguir mayor belleza o significación, y siguen dos movimientos diferentes: el culteranismo y el conceptismo.
Ambas corrientes surgen por la necesidad de algunos poetas de innovar y renovar el lenguaje poético del Renacimiento. Son opuestas, mientras que el culteranismo fijaba y concedía mayor importancia a la forma, el conceptismo se preocupaba más por el contenido.
Góngora es el principal representante de los escritores culteranos, se le da importancia preferentemente a la forma, utilizan metáforas, cultismos, abusan del hipérbaton y utilizan sólo el verso.
Y Quevedo como principal
representante de los escritores conceptistas, que ponen más énfasis en el
fondo, en el significado de las palabras, y estas pueden significar varias
cosas a la vez. Se utilizó en el verso y en la prosa.
La literatura barroca refleja el sentimiento de la época, encontrando una literatura profunda y pesimista donde se puede observar la desesperanza y desilusión por la vida, además de una literatura festiva e irónica que deja en evidencia las ganas de disfrute de cada segundo como si fuera el último.
Si hablamos de las obras más destacadas del siglo de Oro, debemos mencionar las obras escritas por Miguel Delibes, “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha” y “El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha”, y otras obras que, también han tenido una gran trascendencia en la literatura española, como “El burlador de Sevilla de piedra” o “Fuenteovejuna”.
Volvemos de nuevo a poner como
centro de todo a la razón humana, estamos adentrándonos en el Neoclasicismo,
conocido también como el siglo de las luces, que llega a España en el
s. XVIII, se ve unido al
movimiento cultural e intelectual conocido como la Ilustración, tratándose de una época
que se caracteriza por una mentalidad racionalista y puramente objetiva de una
sociedad que pretende resolver cualquier problema o dificultad a través de la
razón humana.
Esta etapa es también conocida bajo el nombre del Siglo de las Luces, se caracteriza también por la vuelta a una concepción aristotélica y al ensalzamiento del clasicismo grecolatino que, como en el Renacimiento, sirve de fuente de inspiración.
Como viene pasando desde el principio de la literatura a lo largo de la historia, el movimiento neoclásico se vuelve al otro lado del péndulo, se centra en el ser humano y rechaza cualquier idea que no se pueda explicar a través de la razón; deja de lado todo pensamiento teocéntrico a un lado y establece una mentalidad totalmente antropocéntrica en la que el ser humano es el principal protagonista.
Surge una gran preocupación por la educación y por la máxima difusión del conocimiento, y la literatura comienza a extenderse por toda la sociedad, se busca un estilo más práctico y menos recargado; surgen los primeros periódicos aunque las fábulas son las que están normalmente escritas en verso.
Además el Neoclasicismo da preferencia a la razón frente a los sentimientos, e impone reglas a las que se deben ajustar las obras literarias; por esta razón se abandonó bastante la producción lírica.
Se rechaza lo imaginativo y lo fantástico, no se escribe para entretener, sino para educar. La literatura neoclásica tiene un carácter crítico, didáctico y moralizador; recurre a temas históricos, de reforma social o de progreso y avance científico.
Destacamos en el teatro la vuelta a la regla clásica de las tres unidades básicas, y la separación clara y radical de la tragedia y la comedia.
Entre los autores del neoclasicismo destacan Iriarte y Samaniego, Gaspar Melchor de Jovellanos, Benito Jerónimo Feijoo, Leandro Fernández de Moratín, Meléndez Valdés, Félix María Samaniego o José Cadalso; entre las obras escritas las más importantes son “El sí de las niñas”, “Cartas Marruecas”, “El delincuente honrado” y otras muchas.
También podemos mencionar la enciclopedia “LÉncyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers” que, aunque no forma parte de la literatura española, es muy importante en el s. XVIII.
En estos mismos instantes
volvemos el tiempo atrás y nos imaginamos que estamos en el Romanticismo,
es una época en la historia española con diversos movimientos políticos y
sociales, y es difícil entender los distintos cambios que se suceden en la
literatura de este siglo.
Este movimiento nace a mediados del s. XIX, donde el escritor pone de manifiesto sus sentimientos; hay un giro radical, mientras en el neoclasicismo la verdad era igual a la belleza, para el Romanticismo sólo la belleza es la verdad. Tienen una actitud idealista que no corresponde a la realidad que los rodea.
Los escritores románticos toman como modelos los más apartados de los clásicos: la literatura medieval, el Romancero, la Biblia, el pasado histórico… en la poesía se revaloriza el romance, surgen nuevas estrofas y los poetas combinan a su gusto versos y estrofas, mientras que en el teatro se mezcla la prosa con el verso, lo trágico con lo cómico y no se busca que el fin de la obra sea didáctico o moralizador, sólo pretende trasmitir sentimiento, conmover al espectador, despertar en él entusiasmo, terror, tristeza…
En el Romanticismo, el autor hace que prevalezcan los sentimientos sobre la razón, se ponen de manifiesto las emociones más íntimas de uno mismo, de esa forma se entiende que tengan prioridad la tanto la melancolía, como la desesperación.
Y la lírica es su género
preferido a la hora de componer.
Entre los temas más característicos
del romanticismo podemos destacar: la naturaleza, donde muchas veces el paisaje
se considera como un elemento muy importante en la obra, es una naturaleza que
conecta con los sentimientos, por eso busca ambientes nocturnos, ruinas de
castillos medievales, noches tormentosas…
Además de la naturaleza, el
poeta busca evasión en lo lejano, cuando crea, y para ello la Edad Media va a
ser su inspiración, tanto para el arte como para la literatura, de forma que
renacen las leyendas medievales, los cuentos de hadas… lo exótico se manifiesta
también cuando hablan de la España musulmana.
Resurge lo popular, la vuelta
a una época lejana conlleva el resurgimiento de la cultura medieval, el
Romancero y las leyendas épicas se convierten en fuente de inspiración tanto
para la poesía como para el teatro.
El tema del amor se idealiza
considerando a la mujer como una persona que lleva a Dios. El amor se considera
como un principio divino. A le vez que se ve a la mujer como alguien angelical,
también los hombres la ven como una perdición, y la propia destrucción del
hombre.
Como por ejemplo el Canto a
Teresa que hace José de Espronceda.
Entre los autores más
importantes del romanticismo, destacamos a Larra, José de Espronceda, José Zorrilla,
Gustavo Adolfo Bécquer.
Y con el Realismo,
llegamos a la mitad del péndulo, este movimiento es una reacción contra el
movimiento anterior, basado en el uso de la razón y del conocimiento
científico.
A partir de la segunda mitad
del s. XIX se consolida la burguesía como clase dominante, y los autores hacen
llegar sus obras también a esta clase social, con un lenguaje más coloquial,
basado en ambientes reales, cotidianos o cercanos al lector.
En esta época la mentalidad
del autor hizo que se mostrase en todo momento la forma real de las cosas, y la
trasmisión de ideas de una forma objetiva, de esta forma los autores realistas
se dedicaban a describir con un lenguaje
adaptado, intentando en todo momento trasmitir la mayor autenticidad y
credibilidad posible; todo esto fue posible gracias a la libertad de expresión,
y la libertad de prensa, que se dio en esa época, tras la Constitución.
Uno de los objetivos que se
plantean es intentar acabar con todos los aspectos subjetivos, fantásticos, o
sentimientos que se alejan de lo real, el autor hace un retrato riguroso de lo
que observa; y en cuanto a los novelistas, denuncian los defectos y males que
afectan a la sociedad y ofrece al lector soluciones para acabar con ellos, cada
autor muestra según sus ideas lo que es para él un mal en la sociedad.
Los temas más característicos
en esta época son todos los que giran en torno a la sociedad y a la realidad
del propio lector, destacando los conflictos de la sociedad y del individuo, la
vida matrimonial, las infidelidades, el contraste entre los valores tradicionales
de los entornos rurales y los nuevos valores, o la defensa de los ideales.
Los autores más
característicos de este movimiento con Benito Pérez Galdós, Juan Valera,
Leopoldo Alas Clarín, Vicente Blasco Ibáñez… y entre las obras más
representativas de la época son “La Regenta”, “Fortuna y Jacinta”…
A finales del s. XIX y principios del s. XX surgen distintos movimientos que pretenden estimular los sentidos a través de la libertad de expresión; esta época, conocida como las Vanguardias, es también conocida como la época de los “ismos”.
Entre las vanguardias que más
influyen en España, está el “Modernismo”, que es conocido como el grupo de
personas que se oponían a las novedades, y que pretendían romper con los
esquemas del Realismo.
El modernismo trata de recuperar las raíces y los aspectos estéticos básicos de la época romántica; los orígenes del mismo, están asociados con la publicación de la obra “Azul” compuesta por Rubén Darío; conocido éste como el autor máximo representante del Modernismo literario.
Los autores modernistas se encierran en sí mismos, en sus propios sentimientos y experiencias y crean un mundo interior que les permite evadirse de la rutina y del mundo rural, y de todo cuanto sucede; de ahí que los autores modernistas se centran en temas como pueden ser: la soledad, la angustia, la melancolía, la evasión ha épocas pasadas como el Romanticismo… utilizando un lenguaje simbólico y sugerente y figuras literarias como la sinestesia o el hipérbaton.
Además de estos, hay otros temas bastante destacados en esta época que pretenden reivindicar la cultura española frente a los valores de la civilización norteamericana.
Entre los autores más destacados de este movimiento, se encuentran Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Manuel Machado, y entre las obras más importantes están “Azul”, o “Platero y yo”.
En cuanto a La Generación del 98, se dio de forma simultánea al Modernismo español, y los escritores de esta época tienen una gran preocupación por la posible decadencia de España; de ahí que los autores tengan una gran preocupación por los acontecimientos políticos, morales y sociales de la época, como la realidad personal que cada uno vive.
Entre los escritores que integraban este movimiento destacan: Azorín, Baroja, Unamuno, Antonio Machado y Maeztu. Aunque también se puede citar a Valle Inclán y Jacinto Benavente, los temas fundamentalmente trataban sobre la vida cotidiana de ellos mismos, y las situaciones y experiencias reales por las que pasaban.
Las obras de esta época destacaban porque describían una España distinta la que amaban, de la que realmente contemplaban; el estilo que predominaba era sencillo, sincero y expresivo.
Entre las obras de este movimiento destacan “Niebla”, “El árbol de la ciencia”, “Soledades”, o “Campos de Castilla”. O Ramiro de Maeztu que enumeraba los engaños que dominaban a España.
Durante los primeros años del s. XX a partir de 1927, surgen una serie de escritores que son conocidos como la Generación del 27, año en el que se celebró el tercer centenario de la muerte de Góngora.
Los escritores que integran este movimiento son: Federico García Lorca, Rafael Alberti, Gerardo Diego, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Miguel Hernández, casi todos de la misma edad y con una formación similar; se unifican mucho más loa escritores de la G. del 27 que los de la G. del 98, debido a la Residencia de Estudiantes de Madrid como núcleo de enlace.
Todos ellos tienen una gran admiración por el Barroco, y por la concepción platónica de la vida, en la que se vuelven hacia su propio interior y muestran una preocupación existencial, cada autor se vio influido de una forma u otra por el modernismo u otros movimientos vanguardistas, y en todos ellos se ve que prevalece la libertad artística.
Los temas más tratados en este movimiento son aquellos que están relacionados con los sentimientos del hombre, su mundo interior, la inquietud ante los problemas cotidianos, o temas sobre la patria, tras la guerra civil y el exilio de muchas de los autores.
Algunas de las obras más características de esta época son el “Romancero Gitano”, “La casa de Bernarda Alba” o “Donde habita el olvido”.
El siguiente escalón del péndulo
es La Posguerra, tras la guerra civil, existen distintas generaciones de
escritores que se ven muy condicionados por la censura del régimen, aunque
podemos distinguir tres etapas muy distintas, todas ellas comparten una
concepción aristotélica.
Las etapas distintas que podemos ver las podemos clasificar en la literatura existencial que es tratada durante los años 40 y 50, la literatura social de los años 50 y 60 y una literatura ya más experimental desde los años 60 hasta los 70.
En la década de 1940, se utiliza n lenguaje duro y una narración en primera persona, describiendo situaciones de extrema dureza, con personajes marginados oprimidos o violentos, que suelen encontrarse en espacios como pueden ser la cárcel, el hospital…
Los temas más tratados en esta primera época están relacionados con la angustia tras la guerra, o la preocupación existencial, donde podemos destacar la obra de “La familia de Pascual Duarte”, escrita por Camilo José Cela.
En la siguiente década que le sigue, en 1950, se da una literatura ya más social que pretende reflejar la realidad tal y como es, y denunciar las injusticias cometidas a través de una narración en tercera persona, con un lenguaje sencillo, tratando de llegar así al mayor número de receptores posibles; podemos hablar a “La colmena”, escrita por Camilo José Cela, “El camino”, de Miguel Delibes, “Pido la paz y la palabra” de Blas de Otero, o “El Jarama”, de Rafael Sánchez Ferlosio.
Por último la década de los 60, donde se da una renovación importante del estilo, buscando una mayor elaboración del lenguaje poético y uniendo la temática relacionada con los problemas sociales, u otros muchos temas como pueden ser la reflexión sobre el paso del tiempo, el amor o la amistad. En esta década vuelven a destacar los autores Miguel Delibes y Antonio Buero Vallejo.
De esta época nos quedan grandes
obras literarias pertenecientes a esta década como “Cinco horas con Mario”, de
Miguel Delibes, o “Tiempo de silencio de Luis Martín Santos.
Y para terminar este recorrido
por la literatura española, desde nuestros orígenes hasta la época actual, terminamos
con la literatura de los años 70, que es la última etapa de nuestro
péndulo.
Esta época se caracteriza por una libertad total donde se sientan las bases de la literatura española actual; ésta literatura se va marcada por la muerte de Francisco Franco en 1975 y por la abolición de la censura, que va a permitir a los autores expresarse libremente, sin tener que preocuparse por la libertad de expresión a la hora de componer sus obras.
La novela se va a convertir en el género más importante de esta época, y los autores empiezan a escribir prácticamente sobre cualquier tema, adaptando la forma de escribir de cada autor según su propia forma de ver la realidad.
Los autores más destacados y las obras más importantes de este período, donde vuelve aparecer Miguel Delibes con su obra “Los santos inocentes”, Eduardo Mendoza con “La verdad sobre el caso Savolta” o Gloria Fuertes.
Una vez que podemos dar por
concluido nuestro repaso de la literatura española desde nuestros orígenes
hasta ahora, podemos ver cómo la literatura ha ido de un lado al otro del
péndulo según los distintos movimientos que se han ido dando, marcados según el
lado en el que se encontraban unos y otros por unas características similares.
Ya hecho este repaso, debemos aprender cómo aplicar y hacer uso de la literatura perteneciente en cada época para que en un futuro pueda ser puesta en práctica con nuestros alumnos, debemos aprender a utilizar todo este legado literario que nos ha dejado con el paso de los siglos, de forma que seamos capaces de trasmitirles a los niños y hacerles sentir el gusto por la lectura.
Y ahora ¿Cómo hacer para que toda esta riqueza literaria llegue a nuestros alumnos?, pues lo podemos hacer de distintas formas, y escojamos el camino que escojamos, puede ser igual de válido tanto uno como otro.
- ¿Pero qué podemos hacer para que sea atrayente para los niños?
Podemos presentar una obra literaria determinada, hablando sobre ella y animando a que la lean.
Seleccionar fragmentos o textos de obras concretas.
O bien buscar adaptaciones de determinadas obras para niños.
En cualquier caso, lo más adecuado sería combinar la presentación, la selección y la adaptación de textos en función de las características propias de la obra, la edad, los gustos de los niños, las peculiaridades del grupo, o los propios objetivos marcados por el profesor con respecto a la obra.
- ¿Cómo lo seleccionamos y lo adaptamos para nuestros alumnos de primaria?
Cuando hablamos de seleccionar nos estamos refiriendo a escoger un fragmento en particular con el que vamos a trabajar a partir de él, para ello, debemos tener en cuenta las características del texto que queremos resaltar, y luego tenemos que ver como lo vamos a adaptar.
A la hora de adaptar un texto, debemos tener en cuenta la edad o las características, y siempre implica modificar; para ellos debemos tener en cuenta una serie de criterios, objetivos y las características del receptor y los requisitos especificados.
Podemos encontrar distintos tipos de adaptación:
- La traducción, es de las adaptaciones, la más ligera, y se hace imprescindible para poder llegar a difundir un texto.
- Para cambiar de género, por ejemplo poner en verso alguna historia ya existente.
- Para hacer una actualización lingüística, cuando nos encontramos con un texto escrito en castellano antiguo, tendremos que adaptarlo, ya que nuestros alumnos no sabrán actualizarlo.
- El resumen, aunque no es una adaptación propiamente dicha, podemos encontrar muchos libros infantiles que son un resumen de la versión original.
- Una adaptación de los contenidos, cuando no debemos explicar cosas de manera muy explícita, como por ejemplo cómo cortejaba Don Juan Tenorio a las doncellas.
- La adaptación del contenido y la forma, además de adaptar el contenido, podemos adaptar la forma, el lenguaje utilizado para explicar los contenidos, para que sea un lenguaje más cercano a los niños.
- Hacer fragmentos o recreaciones, es un recurso muy utilizado en bachillerato y la ESO donde se ponen fragmentos reales, resumidos y adaptados de una misma obra, para que el alumno pueda comprar.
Cuando hablamos de selección, nos referimos a seleccionar una parte en concreta de algún texto determinado para poder trabajar con los niños, mientras que cuando hablamos de adaptación, nos estamos refiriendo a la modificación de un texto siguiendo distintos tipos de criterios, según unos objetivos y requisitos previamente establecidos dependiendo de los receptores.
Ambas opciones, tanto la selección como adaptación de textos, son recursos muy útiles para acercar las obras a los niños, teniendo en cuenta una serie de factores, como son la edad, los gustos, el desarrollo evolutivo, las características particulares del grupo…
La adaptación de una obra está bien que sea realizada cuando los niños son pequeños, ya que entenderá mucho mejor la obra, al haber sido hecha más sencilla y entretenida para ellos.
Todo esto nos lleva a plantearnos si al modificar un texto puede o no perder su esencia; pues aunque cambiemos la forma, si no cambiamos el contenido, el significado será el mismo. No podemos pretender que los niños del primer ciclo de primaria entiendan de la misma forma que los del tercer ciclo, el Quijote. Deberíamos adaptar la forma del texto, aunque no los contenidos.
Para concluir, estamos todos de acuerdo que para que a los niños les atraigan las obras que van a trabajar, deberíamos de presentarles lo que a continuación van a trabajar, seleccionar y adaptar los textos según las características de la obra, la edad, los gustos, el grupo en sí y los objetivos marcados.
Entre todas las obras que podemos encontrar en cada uno de estos movimientos, podemos trabajar con los niños con obras como el "Cantar del Mio Cid", "La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades", "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha" y "El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha", poemas como "La canción del Pirata", fábulas como "Platero y yo"...
Para terminar señalar que el Romanticismo y las vanguardias son quizás las dos épocas más interesantes ya que aportan a la literatura gran cantidad de obras adecuadas para el público infantil.
Fuentes consultadas:
http://www.lenguayliteratura.org
http://www.slideshare.net
http://www.bibliotecasvirtuales.com
http://www.euskalnet.net
http://www.rinconcastellano.com
Bien.
ResponderEliminarLo más importante de este bloque, en realidad, es ver qué podemos aprovechar de cada movimiento para trabajar en Primaria. Y es lo que no has hecho. Se trata de tener una visión general para favorecer la selección de textos, autores o personajes.
También es importante que justifiques cómo vas a trabajar la literatura española en Primaria en relación con el currículo.